El proyecto, financiado por la Unión Europea, evaluará parámetros como el rendimiento, fechas de cosecha, peso, rasgos cualitativos y cuantitativos, y la tolerancia a factores asociados al campo climático, como la sequía y suelos más pobres debido al incremento de la salinidad. En total, se estudiarán 300 genotipos o variedades de higos procedentes de los bancos de germoplasma de higuera, entre ellos el Banco nacional de CICYTEX, y cultivares locales ubicados en España, Turquía y Túnez. El higo se caracteriza por una alta heterogeneidad genética e incluye muchas variedades que difieren en sus propiedades morfológicas, agronómicas, nutricionales y farmacológicas. Además, es una especie muy adaptada a climas áridos y semiáridos de la cuenca Mediterránea y Oriente Medio.
El proyecto, denominado “FIGGEN: Valorización de la diversidad de la higuera, un frutal ancestral para una agricultura mediterránea sostenible”, tiene un doble objetivo: proteger la biodiversidad de este cultivo y encontrar soluciones para una agricultura adaptada al incremento de las temperaturas, la sequía y de la salinidad del suelo. De este modo, se plantea una estrategia a futuro mediante la selección genética de aquellos cultivares de higuera mejor adaptados a suelos pobres para ser incluso cultivados en asociación con otros cultivos.
A pesar de su importancia, hasta el momento se han realizado pocos trabajos en mejora genética de la higuera y, por tanto, la mayor parte del cultivo en la región mediterránea se basa en cultivares locales, característicos de cada zona.
El proyecto FIGGEN está coordinado por la Universidad de Pisa en Italia, y cuenta con la participación del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX), el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora del CSIC (con sede en Málaga), la Facultad de Ciencias de la Universidad tunecina de El Manar; y el Departamento de Horticultura de la Universidad de Çukorova (Turquía)...
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